Si se quiere un amor creciente en las parejas, es necesaria una distancia suficiente para cada uno, así desarrollarán sus habilidades, deseos y gustos más profundos como individuos.
El exceso de cercanía es maligno, como lo es también demasiada distancia. En el primer caso asfixia, y en el segundo desune completamente, y el compromiso entre ellos desaparece.
El amor es un anhelo apacible de dar, de compartir y comunicar al otro el cúmulo de sentimientos buenos, atesorados desde el comienzo de la vida.
Es importante tener presente que el amor no ata, no encadena, más bien da alas de libertad para que el otro vuele tan alto como lo necesite. Y también saberse unido al ser amado con energías invisibles, y disfrutar así los logros al mismo tiempo para hacer florecer el amor.
Cuanta mayor libertad y respeto se otorguen uno al otro, más cercanos estarán, más correspondidos, y mejor se definirá el compromiso.
El amor es ave inquieta de libertad, y no se puede encarcelar porque se muere. Sin embargo, siempre se quedará allí si se le alimenta de ternuras